Nuevos envases fabricados con crustáceos
Son pocas las empresas que todavía no han reconocido la importancia del problema de los residuos plásticos. Sin embargo, sus decisiones todavía las dictan mayormente el coste y la rentabilidad. Al mercado llegan a diario nuevas alternativas más sostenibles a los envases de plástico estándares, pero suelen ser más caros.
Un lanzamiento reciente es Carapac, un plástico biodegradable hecho con crustáceos. Carapac tiene varias ventajas sobre los plásticos convencionales. Está fabricado los los desechos de las plantas transformadoras de alimentos y, por lo tanto, no se necesitan recursos del medioambiente. Además, tiene propiedades antifúngicas naturales que lo hacen ideal para el envasado de frutas y hortalizas, cuya vida útil amplia siete días en comparación con los plásticos de un solo uso actuales. Este material de embalaje se puede tirar al jardín, donde se degrada en seis días, con el beneficio añadido de que actúa como un fertilizante de nitrógeno de liberación lenta en el suelo.
Pero tiene un precio: Carapac es tres veces más caro que el plástico estándar y, aunque es considerablemente más barato que algunos envases biodegradables (que pueden costar hasta cinco veces el plástico tradicional), podría suponer una barrera para su aceptación.
Sin embargo, según los activistas medioambientales, el medioambiente ha alcanzado un estado crítico y ya no podemos permitirnos seguir utilizando la medida convencional del coste como determinante de nuestro futuro, pues podría costarnos el planeta.
El coste del transporte y la eliminación de los residuos (incluidos costes de reciclaje) deben convertirse en una parte clave de la ecuación.
Fuente: Fresh Plaza