A inicios de esta década comenzaba tímidamente su producción en el país, hasta llegar a las 117,201 toneladas exportadas en la campaña 2019/20, superando a Chile como el principal proveedor global.

En la temporada 2015/16 había 2,424 hectáreas (ha) instaladas en el país. Cuatro años más tarde esa superficie se había cuadruplicado hasta llegar a las 10,936 ha, según datos de Proarándanos. Para esta campaña se espera un crecimiento del 35% de la superficie en el Perú, pronosticándose que se rozará las 15,000 ha. Para ser más exactos, el previsión de la asociación de productores dice que habría 14, 789 ha a finales de año.

Como está siendo una tónica en el país, la mayor expansión del cultivo está ocurriendo en zonas del norte del país, principalmente en Chavimochic (La Libertad), Olmos (Lambayeque) y Piura. En Olmos, se presume que habrá unas 1,400 ha nuevas antes de que finalice 2020. Por su parte, en Piura se ha planificado la instalación de entre 300 y 400 ha, tanto en suelo como en maceta.

Miguel Bentín, director de Proarándanos y gerente general de Valle y Pampa, es cauto al respecto. «Hay que verificar si ese crecimiento es íntegramente expansión de frontera agrícola, o también es sustitución de variedades. Porque si te guías por la estadística de importación de arándano, o por producción de plantas de arándano, puede ser engañoso; puede ser que alguien sustituya sus 1,000 ha con otra u otras variedades», analiza.

Fuente: Red Agrícola