Científicos desarrollan forma de rastrear propagación global de principales enfermedades de plantas
Un equipo de investigadores de la universidad del Estado de Oregón, en EE.UU., desarrolló un método para rastrear la propagación de una bacteria que ha afectado a cientos de plantas en el mundo.
Según informaron, dicho descubrimiento tiene el potencial de reducir el gasto de los viveros en billones de dólares al año.
La investigación tiene el potencial de detener la propagación de la Agrobacterium. Dicha bacteria provoca la enfermedad de la agalla de la corona, la que afecta a más de 100 especies de plantas; incluidos árboles frutales, rosas, vid, plantas de vivero y árboles de sombra.
Esas especies tienen un valor combinado de más de USD 16 mil millones anuales solo en EE.UU., según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
De acuerdo con Jeff Chang, profesor de la Facultad de Ciencias Agrícolas del Estado de Oregón y uno de los autores del estudio, «comprender la base genética de cómo los patógenos emergen y se diversifican en los ecosistemas agrícolas es fundamental para determinar su propagación y evaluar los riesgos”.
“Estos son críticos para informar políticas para mejorar la salud de las plantas y prepararse contra brotes de enfermedades para aumentar la seguridad alimentaria global», agregó.
Plásmidos
La universidad informó que la investigación se centró en el rol de los plásmidos, moléculas de ADN autorreplicantes que se encuentran en Agrobacterium.
Indicaron que su propagación amplifica el esparcimiento de la enfermedad. Los plásmidos de Agrobacterium tienen genes que le entregan la capacidad única de transferir una porción del plásmido a las células de las plantas y reprogramar genéticamente al huésped para causar la enfermedad de la vesícula o de la raíz pilosa.
Estos plásmidos, afirmaron, también tienen genes que permitena la Agrobacterium transferir todo el plásmido horizontalmente de una bacteria a otra en lugar de a través de la herencia vertical, o de padres a hijos.
Al adquirir un plásmido dañino, una cepa de Agrobacterium previamente benigna puede convertirse en un nuevo linaje patógeno, explicaron. Esta habilidad dificulta el control del patógeno y el seguimiento de un brote.
Debido a ello, para desarrollar su sistema de rastreo, los investigadores primero tuvieron que comprender la evolución y clasificación de los plásmidos.
Los investigadores se centraron en dos clases de plásmidos, inductores de tumores e inductores de raíces. Estos que proporcionan a Agrobacterium la capacidad de transferir una porción del plásmido a las plantas y causar enfermedades.
Alexandra Weisberg, autora principal e investigadora postdoctoral co-dirigida por Chang y Niklaus Grünwald, de la Unidad de Investigación de Cultivos Hortícolas del USDA-ARS en Corvallis, secuenciaron 140 cepas con plásmidos y, sorprendentemente, descubrieron que los plásmidos descendían de solo nueve linajes .
«Armados con esta extensa información de secuenciación genética sobre cómo clasificar los plásmidos y Agrobacterium, podríamos inferir cómo se mueven las bacterias entre los viveros; y cómo se mueven los plásmidos entre las bacterias», dijo Weisberg.
Con la capacidad de analizar por separado las bacterias del plásmido, los investigadores encontraron muchos casos en los que la transmisión del plásmido perpetuaba la propagación de la enfermedad.