Hacia una mejor gestión de la fertilización agrícola
Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la UPM muestra que las emisiones de amoníaco asociadas con la fertilización de cultivos podrían reducirse hasta en un 82% con un impacto mínimo en la producción agrícola.
os resultados de la investigación, realizada por varias universidades, centros de investigación nacionales e internacionales y liderada por la Facultad de Ingeniería Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), muestran la posibilidad de conseguir una reducción efectiva de las emisiones de amoniaco provocadas por la fertilización de suelos agrícolas. Esta disminución se puede lograr combinando estrategias que pueden optimizar el manejo del estiércol de ganado y los fertilizantes sintéticos sin urea. Todo esto nos permitiría llegar a un compromiso entre la protección del medio ambiente y la seguridad alimentaria.
La agricultura fue el sector responsable del 94% de las emisiones de amoniaco en Europa durante 2011 y responsable del uso de fertilizantes nitrogenados como la urea y el estiércol en suelos agrícolas. El amoníaco liberado a la atmósfera puede depositarse en ecosistemas adyacentes o viajar a decenas de kilómetros de distancia, provocando problemas ambientales como la acidificación y eutrofización del suelo.
Debido a estos problemas ambientales e impulsados por la legislación comunitaria, en los últimos años se han implementado numerosas estrategias para reducir las emisiones de amoníaco en la agricultura europea. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas estrategias se ven limitadas debido a efectos adversos e indirectos en la implementación, como la reducción de los rendimientos de los cultivos o la pérdida de eficiencia del nitrógeno al aplicar fertilizantes. Todo esto tiene consecuencias negativas para los agricultores, los consumidores y la seguridad alimentaria.
En este contexto, un estudio reciente publicado en la revista Environmental Research Letters sugiere estrategias de mitigación mediante una combinación de medidas que pueden optimizar el uso de fertilizantes nitrogenados a nivel provincial en España. España fue seleccionada para este estudio por sus altos niveles de emisiones de amoniaco durante los últimos años y porque es el tercer productor de bienes agrícolas de la UE.
Los investigadores evaluaron la capacidad de once escenarios de mitigación de las emisiones de amoníaco para realizar reducciones. También evaluaron su efecto en la producción agrícola y el excedente de nitrógeno (el nitrógeno restante en el suelo después de la mitigación y susceptible de ser liberado como otros compuestos contaminantes como los nitratos u óxido nitroso). Estos escenarios incluyeron diversas opciones de fertilización, así como una combinación de estrategias.
Destacan la incorporación de estiércol al suelo a profundidades de 10 cm, la adición de urea hasta 5 cm, la reducción de fertilizantes aplicados (posible eliminación de fertilización con urea). El impacto de estos escenarios se comparó con la situación española en 2008.
Los resultados mostraron que todos los escenarios provocaron una mitigación efectiva de las emisiones de amoníaco en comparación con la situación en 2008. La medida más efectiva fue el escenario que redujo las emisiones agregando estiércol con una mitigación del 57% aumentando la producción al 8%.
Solo cuatro de los once escenarios mostraron una reducción efectiva de emisiones y un aumento significativo en los rendimientos. Los resultados más prometedores se lograron combinando la adición de estiércol y la eliminación de fertilizantes de urea. En este caso, las emisiones disminuyeron hasta un 82% mientras que el rendimiento no difirió significativamente del escenario de referencia.
Los tipos de suelos y las condiciones ambientales que afectan a las emisiones de amoniaco pueden variar entre las provincias españolas. Por tanto, el estudio se llevó a cabo a nivel provincial. Como resultado, los investigadores sugieren que la aplicación de las medidas individuales más efectivas a cada provincia podría reducir las emisiones totales hasta en un 67%.
Este estudio ha demostrado que se puede lograr una reducción efectiva de las emisiones de amoníaco debido a la fertilización de los sistemas agrícolas sin comprometer la producción.