La tecnología «blockchain» permite impulsar las prácticas comerciales

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Un agricultor de Australia Occidental está utilizando la tecnología blockchain para ayudar a promover su negocio y, con suerte, aumentar los mercados en el futuro.

En asociación con DiMuto, Morning Glory Farms ha comenzado a utilizar una etiqueta y un código QR especiales que se colocan en las calabazas Spaghetti y que incluyen información como recetas y detalles de la empresa.

«La forma más fácil de explicárselo a la gente es que es un sencillo libro de ventas», dice el propietario Bevan Eatts. «El código QR es una manera de digitalizar el producto y, cuando se escanea, conduce a una página de destino que permite interactuar con el consumidor, celebrar concursos, hablarle a la gente de nuestra finca, sobre cómo cultivamos el producto, sus beneficios saludables, hasta tenemos una escuela de cocina. Todo son actividades promocionales para nuestros consumidores y eso nos brinda una herramienta para educar a la gente».

La otra ventaja de utilizar el sistema de código QR es la trazabilidad en la cadena de suministro. Eatts dice que, trabajando con el sistema blockchain de DiMuto, los clientes pueden acceder a los pedidos de compra, que incluyen fotografías y números de envío de «una manera abierta y transparente».

«Podríamos colocar 6-8 calabazas en una caja, cada una con un código QR genérico, y la caja contar también con una etiqueta única», indica Eatts. «Así, podrías escanearla y tomar una foto de la primera calabaza, lo cual se carga en el sistema DiMuto. Esto te aporta diferentes elementos: seguimiento, trazabilidad, y también ayuda con las reclamaciones porque tienes pruebas fotográficas de cada caja; sabes cuál era la calidad y adónde fue. Conoces el precio de tu producto antes de que salga, y eso evita que nos señalemos con el dedo cuando hay que echar la culpa. Incluso se pueden colocar registradores de temperatura para saber quién mete la pata».

Eatts añade que los clientes quieren saber más sobre el origen de sus alimentos, lo cual resulta de especial importancia cuando los retailers en ocasiones combinan diferentes variedades de frutas y hortalizas en función de la categoría en lugar de la marca.

«Por lo general, los agricultores del sector hortícola abastecen a un mercado mayorista, que después vende a una tienda minorista», explica. «Pero cuando la tienda minorista saca el producto de la caja y lo coloca en los estantes, la identidad se pierde. Los consumidores en realidad no diferencian entre marcas. Hay un etiquetado sobre el país de origen, pero por lo general ahí acaba todo. Si colocamos un código QR en el producto, el consumidor tiene la oportunidad de ser partícipe. A algunos no les interesa, pero a muchos sí; pueden escanear la etiqueta y descubrir quién lo ha cultivado, dónde y cuándo. Los códigos QR llevan usándose un tiempo y, aunque no son muy habituales en Australia, sí que lo son en el resto del mundo».

Por ahora, Morning Glory Farms ha podido analizar algunos de los datos que se esconden tras las compras del consumidor; en especial ha identificado mercados de exportación en potencia, que Eatts admite que han sufrido un revés con la pandemia de coronavirus.

«Antes del brote de COVID-19, nuestra tarifa de envío aéreo era de 1,35 $/kg», dice. «La pandemia no podría haber llegado en peor momento para nosotros, porque tratábamos de desarrollar un nuevo mercado. El interés por parte del consumidor que me habría gustado, en cuanto a seguimiento de Asia, no se produjo porque no introdujimos el producto, pero, desde luego, nos han llegado algunas impresiones y mensajes. La gente ya pregunta, a través de nuestro agente, cuándo empieza la próxima temporada. Todavía nos queda mucho camino, pero a nosotros, que somos una finca pequeña, nos permite construir la marca. Lo que me atrajo del blockchain de DiMuto es que realmente encuentra nuevos mercado para nuestros productos y ayuda a desarrollarlos. Hemos estado trabajando en lo que podemos exportar y en qué productos cultivar. Están pasando algunas cosas interesantes en ese aspecto, pero, reitero, la COVID-19 no podría haber llegado en peor momento».

El blockchain ayuda a reforzar la confianza en la cadena de suministro hortofrutícola
El fundador y CEO de DiMuto, Gary Loh, dice que el nombre de la empresa se creó a partir de dos palabras: «muto», que en latín significa «trueque», y «di», de «digital». Según él, la base del comercio ha cambiado del trueque físico de mercancías al uso actual de la moneda para la compra. Pero el problema del comercio internacional es que las mercancías no se pueden ver físicamente antes del envío.

«En todo el concepto de comprensión del comercio subyace que la confianza es un elemento clave», indica Loh. «Si nos preguntamos por qué es tan difícil construir la confianza, es porque no vemos lo que se está vendiendo. Ese es el principio básico de cómo se creó DiMuto para ofrecer una solución completa en la que se ve el flujo de las mercancías, los servicios y el dinero como un todo. Trabajar con alguien como Bevan optimiza no tener que abordarlo a lo grande, como solo trabajas con las grandes compañías del mundo. Abordar este problema se reduce realmente a un agricultor, una familia y cómo poder influir en el comercio mundial usando la tecnología que hemos creado. Cualquiera que trabaje en la cadena de frío conoce la complejidad de mover ese tipo de producto, y contar con el elemento de la confianza es en lo que creemos que el sistema de DiMuto puede ayudar verdaderamente».

Loh añade que con frecuencia se refiere al blockchain como una «tabla Excel con esteroides», y en el sistema de DiMuto, permite que la información sobre trazabilidad se registre de forma segura y transparente para todos los eslabones de la cadena de suministro, para que todos sean responsables de la inocuidad de los alimentos.

«Uno de los mayores problemas es cuando el agricultor tiene su propia tabla de datos, los envasadores tienen otra propia y los importadores también; cuando algo falla, ¿qué tabla de datos es la correcta?», se pregunta Loh. «El blockchain se utiliza como fuente única de la verdad. Eso es lo que intentamos conseguir con Bevan, para garantizar que la información de lo que haya cultivado y envasado pase a formar parte de blockchain. Antes, le era muy difícil demostrar que lo había hecho todo correctamente, y cuando no podía demostrarlo, era penalizado. Blockchain evita este tipo de abusos porque, al final, son los agricultores y los envasadores quienes sufren».

El CEO de DiMuto CEO dice que la importancia de confiar en el origen de los alimentos se ha visto intensificada por la COVID-19, y este nivel de trazabilidad se está convirtiendo en la «norma» más que en un «lujo» en el sector hortofrutícola.

«Está llegando al punto de que es imprescindible», apunta Loh. «En el futuro, esta tendencia va a continuar, pero otra de las cosas que tenemos que hacer es ‘cerrar el círculo’, lo que significa permitir la participación del consumidor. El sistema se ha construido de manera que el código QR no solo nos ayude a seguir y localizar un producto, sino también a comunicarnos con el consumidor, que pueda responder al agricultor y opinar sobre el producto. También puede ver los certificados y las certificaciones, dependiendo del grado de participación. Cerrar el círculo nos permite usar la misma información que puede hacer partícipe al cliente pero, al mismo tiempo, mantener la información dirigida únicamente a los socios comerciales (confidencial), como facturas. Permite ser transparente y controlar la información que se comparte».

Fuente: Freshplaza

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