“La digitalización y la agricultura deben ser los pilares del desarrollo”
Señaló el presidente de PeruCámaras, Carlos Durand
La agricultura demostró resiliencia y capacidad de salir adelante. Posiblemente será el sector que muestre cifras en azul, entre 1% y 1.5% de crecimiento para 2020, lo cual es muy positivo en una coyuntura como la que atravesamos
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Producción, Turismo y Servicios (Perucámaras), Carlos Durand se enfoca en lo más rescatable del dramático 2020 y en las tareas pendientes que deben priorizarse para retomar la senda del crecimiento, no solo económico sino también social.
Obviamente el 2020 fue muy complicado para el Perú y para el mundo, sin embargo, ¿qué podemos rescatar del año pasado?
Fue un período muy dramático desde las perspectivas sanitaria y económica. No obstante, lo vivido en el 2020 despertó esa capacidad de salir adelante y puso nuevamente a prueba el nivel de emprendimiento que tiene el peruano y que nos ha obligado a virar hacia una transformación digital forzosa y acelerada.
Observamos cómo muchas empresas, en especial pequeñas y medianas, adoptaron forzosamente nuevas tecnologías para seguir manteniéndose en el mercado.
Hubo un crecimiento significativo de los volúmenes de comercio electrónico, alrededor del 600% en comparación con el 2019, pero lo más resaltante es que el 95% de las empresas que realizaron transacciones electrónicas fueron pequeñas y medianas.
Estas unidades se reconvirtieron y encontraron en la digitalización un mecanismo para seguir adelante.
¿Queda mucho por hacer para lograr un real proceso de transformación digital?
Efectivamente. Notamos el lado bueno de la transformación digital, pero también debemos reconocer que se puso en evidencia las brechas que hay en el país en este aspecto.
Hay muchos sectores en la población, especialmente en las regiones, que no tienen acceso a Internet que les permitan adaptarse y transformarse como sí lo hicieron probablemente la gran mayoría de empresas en aquellas regiones con la fortuna de tener acceso a la banda ancha.
Por ello, el país y las políticas públicas deben alinearse con la era digital y acortar estas brechas.
Debemos seguir expandiendo la fibra óptica, no solamente por cuestiones económicas, sino también por otras igual de fundamentales como la educación y la salud.
En la actualidad, la educación, el teletrabajo y la telemedicina son aspectos cotidianos de nuestra vida que han llegado para quedarse y debemos profundizar en su desarrollo y darles mayor cobertura, además de generar una masa crítica; con eso ganaremos mucho en desarrollo y competitividad.
¿Qué otro sector productivo requiere un mayor impulso para sostener el crecimiento económico?
La agricultura demostró resiliencia y capacidad de salir adelante.
Posiblemente, al cierre del 2020 será el sector que muestre cifras en azul, entre 1% y 1.5% de crecimiento, lo cual es muy positivo en una coyuntura como la que atravesamos.
El sector afronta serios problemas por el lado de la agroindustria y de la agroexportación, pero, a pesar de ello, destacará sensiblemente este año.
Se comprobó asimismo la gran influencia que tiene la agricultura familiar en el desarrollo de esta actividad, pues comprende aproximadamente el 80% del producto bruto interno (PBI) del agro nacional.
Recordemos que la agricultura familiar es desarrollada en las zonas rurales por familias, pequeños productores que pasaron mucho tiempo invisibles para la economía y que ahora, en esta época de emergencia, se hicieron notar.
El agro familiar fue el responsable de mantener el abastecimiento y la seguridad alimentaria en Lima y en todas las provincias.
Hay una deuda histórica con este sector productivo que en las regiones absorbe a casi el 40% de la población económicamente activa.
Asimismo, más del 50% de los peruanos que se dedican a la agricultura familiar son mujeres, por lo que es una actividad que tiene un componente fundamental de género en su desarrollo.
La digitalización y la agricultura deben ser los pilares sobre los cuales debe sostenerse el desarrollo del país en los próximos años.
¿Cuáles son sus perspectivas para este año?
Los pronósticos de los analistas y las organizaciones multilaterales empezaron a coincidir con lo que habíamos previsto, es decir, que en el presente año la economía registraría una cifra de crecimiento de dos dígitos y que en el 2020 se tendría una contracción de entre 12% y 13%.
Eso está sucediendo. Sin embargo, el año pasado nos estaría dejando un gran colchón para lograr un significativo avance en el 2021 y constituirnos en la economía líder de América Latina, con una tasa de expansión de por lo menos 10%.
No obstante, esta recuperación debe ir acompañada de un trabajo conjunto y estrecho entre lo político, lo económico y lo social.
Es decir, generar un círculo virtuoso entre estos tres elementos.
Manufactura, el otro protagonista
¿Cómo analiza el desempeño del sector manufactura en el 2020?
En lo que se refiere a la manufactura primaria, no cayó de manera tan significativa como sí lo hizo la manufactura de productos no primarios, que registraría una contracción de 20% al cierre del año.
Debemos preocuparnos por la industrialización y, precisamente, este proceso pasa también por tener componentes digitales. Los países más industrializados en el mundo ya se encuentran compitiendo por las nuevas tecnologías digitales; estamos hablando del concepto de Industria 4.0.
¿Cómo impulsar una real industrialización en nuestro mercado?
Una industrialización digital incluye, en una primera etapa, adoptar tecnologías foráneas para no perder competitividad. Hoy, este es el gran secreto para seguir creciendo no solamente en el aspecto económico, sino también en productividad.
Esto debe involucrar a los sectores más dinámicos de la actividad económica local, como la manufactura, tanto la primaria como la no primaria y pasar gradualmente de ser un país netamente exportador de materias primas a ser exportador de productos con valor agregado.
Estos son los mensajes que debemos dar a la población, impulsar la modernización en el sector productivo, incorporar tecnología y apuntalar el capital humano con una revolución en la educación.