¿Qué es la agricultura regenerativa y cuáles son sus ventajas?

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La agricultura regenerativa forma parte de la creciente atención por la producción de alimentos respetuosos con el medio ambiente, cada vez más apreciada por los consumidores.

La base de está idea es que el trabajo humano debe encajar de forma armoniosa y positiva en el equilibrio natural, sin explotar la naturaleza, trabajando para recuperar la fertilidad de la tierra.

Hoy hablamos de ¿Qué es la agricultura regenerativa y cuáles son sus ventajas?

Qué es la agricultura regenerativa.
Dentro de las filosofías relativas a la producción agroalimentaria, en los últimos años se ha consolidado la agricultura regenerativa, o agricultura orgánica-regenerativa, un método de reconversión que combina técnicas modernas y conocimientos ancestrales.

En la raíz de este enfoque está la idea de colaborar con la naturaleza -abandonando el deseo de dominarla- para regenerar el suelo, sin empobrecerlo ni contaminarlo, como en cambio ocurre cuando se aplica una agricultura intensiva muy agresiva, con el uso de fertilizantes, agroquímicos y grandes movimientos de tierras.

Si la atención de los productores se centra esencialmente en el rendimiento en términos de cantidad -como ocurre en gran medida desde los años 50-, el deterioro progresivo de la tierra es casi inevitable, ya que se desmineraliza, se ve afectada biológicamente por la fuerte mecanización, y a menudo también está cargada de residuos de herbicidas y pesticidas.

En el otro lado, diversas experiencias de cultivo sostenible, tanto en el pasado como en el presente, han contribuido a una agricultura regenerativa, orientada a un uso eficiente de los recursos y a la reducción de los costes laborales, todo ello respetando los equilibrios naturales y la biodiversidad.

Las propiedades de la tierra en la agricultura regenerativa

Las técnicas adoptadas permiten aprovechar las propiedades de la tierra, sin necesidad de realizar trabajos especiales. Esta visión recuerda en parte lo “mejor” de la agricultura biodinámica.

Para revitalizar el suelo actuamos sobre los minerales, la parte orgánica y la microbiología, elementos esenciales para la fertilidad. Esto se hace mediante la reactivación de los ciclos naturales, a través de la acción combinada de las prácticas de agricultura ecológica para la nutrición de las plantas y la protección de los cultivos, con el apoyo del enriquecimiento del suelo con preparados naturales específicos.

El objetivo es obtener un humus adecuado para plantas sanas y resistentes, capaz de ofrecer productos de calidad. En el suelo, de hecho, tiene lugar una parte fundamental de la vida, indispensable para la riqueza biológica y la calidad nutricional en la base de la fertilidad, que a su vez son esenciales para el cultivo de plantas sanas; estructura circular que se completa con el bienestar de los animales y los seres humanos.

Por estas razones, la agricultura regenerativa, combina prácticas agrícolas antiguas y conocimientos modernos, fomentando la investigación científica sobre fenómenos naturales como la fermentación y la solubilidad de los elementos; así como sobre la degradación de la materia orgánica.

Principios de la agricultura regenerativa

A nivel práctico, tras un análisis para establecer el nivel de agotamiento del suelo, la agricultura regenerativa interviene mediante tres principios básicos.

La diversificación del cultivo es la primera regla, que tiene su origen en los conocimientos aplicados durante siglos.

La rotación de las plantas cultivadas aumenta el número de familias botánicas en contacto con el suelo, para protegerlo eficazmente de los agentes atmosféricos y mejorar su estructura; gracias a la acción de las raíces de las plantas.

Esta práctica, además, es útil para estimular la actividad biológica del suelo, eliminando los periodos de interrupción del cultivo y limitando los posibles daños debidos a la erosión de las superficies y la pérdida de biodiversidad.

La diversificación es fundamental para la fertilidad, necesaria para garantizar un buen rendimiento de la producción, limitar el uso de productos fitosanitarios y fomentar el uso de ingredientes activos respetuosos con el medio ambiente.

Manejo del suelo

La reducción del laboreo protege el hábitat y la riqueza biológica de los organismos que pueblan el suelo. La directriz es la reducción del impacto mecánico sobre el suelo, lo que se traduce en evitar la inversión de las capas; principio contrario al del arado profundo practicado en la agricultura intensiva.

La disminución de la intensidad y la profundidad del laboreo ayudaría a que los suelos recuperaran su fertilidad. Se favorece así la vida y la aportación de las lombrices de tierra; esto contribuyen a la estructuración del suelo que ya ofrecen las raíces de las plantas.

Evitar una oxigenación excesiva ayudaría a mantener la materia orgánica. En la agricultura regenerativa, la reducción progresiva de la mecanización puede llegar hasta la ausencia total de labranza en la tierra; una opción útil para reducir considerablemente el trabajo necesario y el consumo de combustible.

Cubrir el suelo -que nunca debe estar “desnudo”– con residuos de cultivos ayuda a retener el agua y mejora la estructura general; así se fijan nutrientes y materia orgánica.

Con este principio, la ganadería extensiva (pastoreo) puede ir acompañada de forma provechosa, para contribuir a la vitalidad biológica del suelo.

Además, se pueden usar preparados biológicos específicos para apoyar la nutrición; o técnicas propias de la gestión integrada de plagas para proteger a las plantas de los parásitos.

Aplicación de principios en la agricultura regenerativa

La aplicación de estos tres principios tiene como objetivo reconstituir los equilibrios biológicos necesarios para el bienestar de los ecosistemas agrícolas, que a su vez son esenciales para la fertilidad.

Todas estas acciones tienen como objetivo aumentar las reservas de carbono orgánico en el suelo, y para ello es fundamental dejar los residuos de los cultivos en el suelo. Estas mejoras comienzan a materializarse cuando se cubre al menos un tercio de la superficie del suelo; un mayor número de residuos acelera los beneficios. Las cubiertas también aportan nutrición, mejorando la actividad biológica de los suelos y defendiéndolos de las malas hierbas.

Por lo general, la conversión a la agricultura regenerativa ofrece buenos rendimientos tras 3-5 años de transición, dependiendo también del tipo de cultivo y de las condiciones locales de suelo y clima.

La transición a la agricultura regenerativa implica una visión a medio-largo plazo. Ventajas de la agricultura regenerativa Resumimos las ventajas – directas e indirectas – de la adopción a gran escala de este enfoque:

  • Reconstrucción orgánica y mineralización del suelo, con recuperación de la fertilidad.
  • Absorción de dióxido de carbono.
  • Reducción drástica de las emisiones y del consumo de recursos debidos al laboreo.
  • Parada de la erosión del suelo, también útil para la seguridad hidrogeológica de los territorios.
  • Protección de las aguas subterráneas, gracias a la reducción o ausencia de escorrentía de pesticidas y fertilizantes.
  • Reducción de los costes debidos a la gestión y los tratamientos con plaguicidas.

Fuente: Portal Frutícola

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