Cientos de millones de personas y sus comunidades en todo el mundo dependen de la producción de banana para subsistir, y el enorme volumen de bananas producido en todo el planeta debería proporcionar a estas personas unos salarios justos y un estilo de vida digno.

La banana es un verdadero alimento mundial, consumido universalmente como producto de primera necesidad y reconocido en el mundo desarrollado como un alimento de conveniencia sano y nutritivo. Los niños se lo llevan para el almuerzo en el colegio, es apreciado por deportistas como los tenistas de Wimbledon, es un ingrediente esencial para el pan de banana (el favorito de muchos durante el confinamiento), para los smoothies de fruta servidos en los cafés urbanos de moda y para postres emblemáticos tradicionales como el banana split y los buñuelos de banana. ¿Cuántos usos puede tener una sola fruta?

Durante décadas, las bananas nos han hecho sentir bien. Se han escrito innumerables canciones cobre ellas, como la icónica «Banana Boat song ( Day-O)» de Harry Belafonte, que describe cómo ha llegado la luz del día, su turno ha terminado y quieren que se cuente su trabajo para poder irse a casa. Se podría considerar también una forma de esclavitud encapsulada en armonía musical. Artistas de todo tipo se han inspirado, y continúan haciéndolo, en este prodigio curvado y amarillo de la naturaleza.

Deseamos que todo el mundo haya pasado un feliz Día de la Banana, pues deberíamos celebrar con gran entusiasmo la innegable contribución positiva que esta fruta hace a la nutrición mundial.

Y no queremos aguar la fiesta de las muchas actividades celebradas en torno a la banana este día, pero, por desgracia, existen algunas verdades incómodas sobre el sector bananero que no podemos ignorar, como los salarios de pobreza, unas condiciones laborales insalubres y el daño medioambiental causado por la producción de banana.

Pero no tiene por qué ser así. AgroFair fue la primera empresa, hace ya 25 años, en empezar a comercializar bananas de comercio justo con el sello Fairtrade. Y, aunque otras empresas de la competencia han seguido nuestro ejemplo, el trabajo no ha acabado. La economía de mercado capitalista, totalmente anticuada y despiadada, sigue asomando su fea cabeza y, en última instancia, minando las esperanzas de lograr una economía mundial equilibrada que beneficie a todos por igual.

Para sumarse a los ya serios retos a los que se enfrentan los productores de banana, se ha confirmado en las últimas semanas que la enfermedad R4T, que destruye las bananas y es incurable, ha llegado a Perú, lo que nos ha puesto frente a frente con la dura realidad. Hay una necesidad fuerte y urgente de medidas concretas, más recursos económicos, una cooperación genuina de código abierto y aceleración de la investigación científica enfocada en soluciones.

La estrategia «De la granja a la mesa» de la Comisión Europea promete una producción alimentaria mundial verdaderamente sostenible, más verde, menos despilfarradora y más segura. Unámonos para un comercio de bananas más justo del que todo el mundo pueda obtener su parte justa de beneficios. No cabe ninguna duda de que se necesitan más que buenas palabras e informes de sostenibilidad maravillosamente brillantes.

Fuente: Freshplaza