Los robots inteligentes aumentan los beneficios generados por los productos frescos

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En todo el mundo, la clasificación, selección y preparación de frutas y hortalizas frescas se hace predominantemente de forma manual. «Las empresas ahorrarían mucho tiempo y costes si estas tareas lentas, aburridas y repetitivas las realizaran robots», dice Aneesh Chauhan, jefe de experiencia del grupo de Visión por Computador y Robótica de Wageningen Food & Biobased Research y miembro de su equipo de Robótica Agroalimentaria. «Y sería aún más eficiente si un robot pudiera realizar múltiples tareas».

Robots con capacidad de aprendizaje
En 2019, Wageningen Agro Food Robotics lanzó el proyecto «Robots autónomos para procesos agroalimentarios». Uno de los objetivos de este plan de cuatro años es el desarrollo de robots inteligentes a los que se les pueda enseñar a realizar múltiples tareas, desde recoger y clasificar diferentes tipos de frutas y hortalizas hasta separar muestras del mismo tipo, basándose en el tamaño, la forma y otras características. Asignar estas tareas a robots permitirá a los procesadores mejorar su equilibrio entre costes y beneficios.

Reconocimiento de la actividad humana
Los robots de Wageningen están equipados con cámaras que captan los movimientos de un experto humano realizando tareas de recogida y clasificación. «El reconocimiento de la actividad humana incluye datos sobre la persona, la situación y el objeto manipulado», explica Chauhan. «Las funcionalidades incorporadas de visión por ordenador y aprendizaje profundo permiten a los robots ‘capturar’ esta información y aprender nuevas tareas a partir de las demostraciones humanas». Se han llevado a cabo experimentos exitosos con distintos tipos de tareas, incluyendo la recogida y clasificación de mandarinas de tamaños variables, la separación de bananos maduros de los verdes, la clasificación de pepinos intactos y dañados, y la separación de diferentes tipos de frutas mezcladas.

Primicia mundial
La primera aplicación de demostración estará lista en el verano de 2021; una primicia mundial en aplicaciones agroalimentarias. «Una innovación como esta requiere conocimientos tecnológicos de robótica y tecnologías de aprendizaje automático, así como un amplio conocimiento sobre la fisiología del producto y el procesamiento de alimentos. Aquí, en Wageningen, el trabajo en estas disciplinas se realiza en estrecha colaboración», explica Chauhan.

El siguiente paso será probar los robots en una fábrica o planta piloto, y hacerlos aún más inteligentes, con sensores más avanzados para detectar el dulzor, la jugosidad y la firmeza de las frutas y hortalizas. Chauhan ya piensa en objetivos futuros: «Si la gente pudiera ver a los robots como compañeros de trabajo, incluso como aprendices, quién sabe cómo podría ser el futuro».

Fuente: Freshplaza

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