Reimaginar la salud y el bienestar en un mundo postpandemia para los consumidores y retailers

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La pandemia de COVID-19 ha venido acompañada de muchos cambios en nuestras vidas cotidianas; ha puesto el bienestar y la higiene bajo un nuevo foco y ha exigido un cambio en la manera de percibir las multitudes. Un aspecto de la vida en el que ha influido la COVID-19 ha sido el sector de la alimentación, en particular en la manera de comprar y consumir alimentos.

Las encuestas muestran que, en muchos países asiáticos, hay consumidores más interesados en la alimentación saludable ahora que en la era prepandemia. El incremento de la demanda de alimentos saludables ha venido acompañado también de una mayor concienciación sobre la salud general y el sistema inmunitario de uno mismo, pues ponemos más empeño en llevar estilos de vida más saludables y equilibrados. Este cambio ha conducido a una demanda elevada de frutas y hortalizas, carne de ave y snacks ecológicos, mientras que los productos considerados menos saludables, como los refrescos y el alcohol, han visto menguar la demanda.

Este viraje de perspectiva cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aboga por una forma de vida más saludable no solo en Asia y durante la pandemia, sino en todo el mundo en los años venideros. En los hogares, las familias también prefieren ahora la comida casera en lugar de la comida rápida y otras alternativas «insanas».

Para abordar este cambio en la demanda, los retailers tienen que adaptarse y ponerse de acuerdo con los consumidores. Las tiendas de alimentación en especial, que han cobrado mayor importancia en el día a día durante esta pandemia, deben entender esta demanda y actuar en consecuencia, por ejemplo aumentando las existencias y la frecuencia de compra a sus proveedores.

No obstante, no basta con hacer cambios solo en la tienda física, pues los retailers también deben acometerlos en el frente de los proveedores y la manera de hacer negocios con ellos, así como en el trato con sus clientes.

Desafíos
La pandemia de COVID-19 ha tenido consecuencias para las empresas de todo el mundo, sobre todo en las de la cadena de suministro. Con la imposición de los varios confinamientos durante el pasado año, los proveedores, transportistas y otros participantes de la cadena de suministro aprovecharon el tiempo para reevaluar su plan de operaciones.

En el caso del sector alimentario –es decir, restaurantes, agricultores, pescadores, restaurantes, tiendas de alimentación y otros negocios con un fuerte componente alimentario–, la pandemia ha exigido prestar un extra de atención a los procesos de la cadena de suministro. Además de que los consumidores buscan alimentos más saludables, los estudios también han mostrado que ahora son más conscientes de la procedencia de lo que comen. Para algunos, ya no basta con comer sano; también es importante conocer el origen de los ingredientes de los platos y cómo se han transportado.

Pese a que no hay pruebas concluyentes de que se pueda contraer la COVID-19 mediante la comida o los envases, como confirma la OMS, esta preocupación demandó urgentemente una mejor manipulación de los productos alimentarios partiendo de la producción y llegando hasta las ventas y posventas. Los mercados callejeros de Asia fueron especialmente rápidos en adoptar nuevas perspectivas de seguridad alimentaria tras los primeros confinamientos y restricciones de viaje. Se aplicaron prácticas de higiene más estrictas en campos, plantas de producción, centros de clasificación, el reparto e incluso en las tiendas.

La entrega, tanto del retailer al cliente como del proveedor al retailer, también ha sufrido un cambio drástico. Las tiendas de alimentación y los restaurantes han empezado a cambiar sus prácticas, incrementando sus existencias de alimentos percibidos como más saludables y apostando más por los medios digitales a la hora de comunicarse con los clientes para llegar mejor a ellos y ofrecerles un mejor servicio. Muchos empresarios del sector de la alimentación y las bebidas también han invertido en nueva tecnología para usar cajas de autoservicio y crear plataformas de compra en línea que permitan hacer entregas sin contacto.

La necesidad de que las transacciones sean más transparentes ha surgido en el último año a raíz de la preocupación por los posibles riesgos para la salud de una manipulación indebida de los alimentos y también con el fin de lograr la mejor relación calidad-precio. En un pódcast de McKinsey & Company, un experto de la cadena de suministro explica que la tecnología moderna puede ayudar a las cadenas de suministro a recuperar la estabilidad y hacer o deshacer una vez erradicada la pandemia de COVID-19. Con la tecnología actual, las empresas se pueden comunicar mejor, pueden hacer un seguimiento de los envíos y otros factores normalmente incontrolables, y trabajar de manera más eficiente en general.

En el pódcast se aborda también cómo algunas empresas han empezado a utilizar datos satelitales y datos provenientes de teléfonos móviles, algo que la mayoría de la gente tiene hoy en día, para controlar los envíos y ayudar a los retailers y los proveedores a coordinarse mejor. Esta innovación también puede ayudar a las empresas a reaccionar a los cambios más rápido, pues los datos móviles y el Bluetooth pueden reflejar cambios en tiempo real. Si bien esta idea es relativamente nueva, es algo de lo que se pueden beneficiar muchas empresas, en especial de productos de alimentación, después de la pandemia, pues no es probable que la preocupación por la inocuidad alimentaria vaya a desaparecer en el corto plazo.

Los registradores y rastreadores de Emerson ofrecen esa tecnología, pensada para ayudar a los retailers y a los proveedores a trabajar de manera más eficiente a lo largo de la cadena de suministro. Su GO Real-Time 4G/5G Tracker utiliza tecnología celular para proporcionar a los retailers y proveedores temperatura en tiempo real y alertas de ubicación conforme el pedido avanza por la cadena de suministro. Su GO PDF Mini Logger y GO Bluetooth Plus Logger controlan la temperatura de las mercancías perecederas. Ambos dispositivos de registro ofrecen una recopilación de los datos cuando se alcanza el destino final. Los datos de GO Bluetooth están accesibles en una app y el GO PDF Mini se conecta a un ordenador a través del puerto USB. La información se puede consultar en el Oversight Online Portal and App, que guarda todos los datos acumulados del rastreador y los registradores para archivarlos y acceder a ellos más adelante.

Uno de los clientes de Emerson, un líder mundial de la alimentación que exporta piñas y bananas filipinas a varios mercados desde hace más de 50 años, comparte su experiencia con los rastreadores y registradores de Emerson. Gracias a ellos, ha podido hacer un seguimiento preciso de los envíos y compartir datos con toda la red logística, lo que le ha permitido mantener la calidad y la integridad de la cadena de frío y, al mismo tiempo, minimizar los residuos alimentarios.

Con el uso de esta tecnología, Emerson ofrece a los agentes de la cadena de suministro una manera de estar informado sobre dónde se dirige el producto y si se mantiene a la temperatura adecuada para una seguridad alimentaria óptima, lo cual también se ha convertido en una preocupación con la pandemia actual.

Llegará un momento en el que la COVID-19 desaparezca, pero los cambios que ha traído e introducido es probable que permanezcan y se conviertan en la norma. Es posible que estos cambios sean diferentes a lo que estamos acostumbrados, pero, en última instancia, son por el bien común y pueden ayudar a que todo funcione de manera más eficiente.

Fuente: Freshplaza

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